Una de las partes más importantes para realizar el diseño de un jardín es escoger la parte vegetal que se va a proponer.
Existen múltiples opciones en cuanto a la selección de especies una vez que se tienen claras las condiciones climáticas del lugar y las necesidades de la especie. Otra parte destacable es la estética; el efecto del color. Jugando con las gamas de colores podemos realizar infinitas combinaciones y buscar las que mejor se adapten. Existen colores cálidos, como el rojo o el amarillo, y colores fríos, como el violeta o el azul. Con estas tonalidades se pueden crear armonías o mismo dar una sensación de impacto jugando con sus contrastes. Un color frío puede crear una sensación de mayor amplitud y calma y, con unos tonos más anaranjados, puedes llegar a conseguir una sensación de calidez.
Se debe tener en cuenta que la naturaleza crea gamas cromáticas agradables a nuestros sentidos que el ser humano intenta imitar. Sin embargo, la inspiración para estos diseños o combinaciones no tienen por qué venir sólo de experiencias de paisajes ya existentes, si no que pueden provenir de pinturas o incluso del mundo textil.
Buscando este tipo de ejemplos se puede entender mejor el funcionamiento del color y los efectos visuales que nos producen.